Dustin Hoffman interpreta al Señor Magorium, un excéntrico juguetero de casi 200 años cuya tienda sería la envidia de Julio Cepeda o Lilly Ledy.

Con él trabaja Molly Mahoney (Natalie Portman), la cual si bien no entiende del todo el por qué de las cosas mágicas de la tienda de Magorium, ha abierto su mente de tal manera que lo "extraño" que ve, le parece de lo más normal.

Un buen día, Magorium decide contratar a un contador (Jasson Bateman)... Magorium nunca había echado mano de uno, por lo que Mahoney sospecha que algo verdaderamente extraño está por pasar.

Ví esta película por recomendación de Sergio Zurita, y no sé si yo vi una versión distinta a la que el señor Zurita vió, ya que Magorium no me pareció más que un plagio casi descarado (y mal hecho) de Charlie and the Chocolate Factory; de la misma manera que Johnny Depp interpretó a Willy Wonka, Dustin Hoffman interpretó a Magorium... de la misma manera que Wonka tenía una dulcería donde "todo podía pasar", Magorium tiene una tienda donde no solo "todo puede pasar", sino que además está repeta de publicidad descarada a distintas jugueteras estadounidenses (desde Hasbro, pasando por Mattel y nomás porque no la ví cuadro por cuadro, porque juraría haber visto una Avalancha de Chabelo).

La historia es predecible y aburrida (aunque para su mérito, dura muy poco) y ni siquiera el elenco puede levantar este intento de copia de Willy Wonka.

Si quieres que tus hijos vean una película adecuada para su edad, réntales cualquier otra cosa, porque lo único Mágico en Magorium está en el título.